viernes, 2 de marzo de 2012

Rincón del estudio de Tomás Segovia en Madrid. 31 de enero de 2012. Foto: JB


No hubo un solo día en que la luz
no dejara en su frente un trance
un hechizo una señal de que era en él
donde la claridad había elegido
abrirse al que quisiera verla.

La claridad del día
en su lúcida extensión sin un reproche.
La de la noche en su espesura sin cascajo.

No hubo un solo día
En que la luz no lo eligiera

      
                     Francisco Segovia

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